martes, 3 de agosto de 2010
Ciclo "El guión y la pantalla"
Durante el encuentro se proyectará una película elegida por su guionista y, con su presencia, se charlará sobre el proceso de escritura del guión y sobre la realización del film.
El ciclo se realizará los lunes de agosto y los guionistas ya confirmados son:
Lunes 2: Jorge Goldenberg, con "La película del rey".
Lunes 9: María Victoria Menis y Alejandro Fernandez Murray , con "La cámara oscura".
Lunes 23: Sabrina Farji y Victoria Grigera, con "Eva & Lola".
Lunes 30: Lucía Puenzo, con "XXY".
La coordinación del ciclo estará a cargo de: Raúl Brambilla
La cita es: Lunes de Agosto (menos el 16), a las 19, en Montevideo 696.
La entrada es libre y gratuita, sujeta a la capacidad de la sala (50 personas), por estricto orden de llegada.
sábado, 24 de julio de 2010
Son Boleta
jueves, 8 de julio de 2010
Visita al maestro
Allá, junto a la ventana, está el fuego.
Hablar o callar ¿qué es lo mejor?
Preguntar o responder ¿qué es lo peor?
Llueve sobre colinas y jardines,
el agua salmodia en la penumbra.
¿También el callar es un hablar?
¿También el hablar es un callar?
Llueve sobre colinas y jardines.
Un caballo negro viene como volando.
¿La respuesta es entonces la pregunta?
¿La pregunta es entonces la respuesta?
Llueve sobre colinas y jardines.
El silencio del cuarto es el silencio del mundo.
Horacio Castillo (1934-2010 )
lunes, 5 de julio de 2010
Barrilete Cósmico
¿Los motivos? Comparto los que expone Federico Vázquez en su blog. A los cuáles agrego uno básico y fundamental: a Diego se le debe mucho. ¿Cuántas goleadas hacen falta para neutralizar algo así?
No recuerdo ese día. Tenía apenas 5 años. Pero me enseñaron que Diego se ganó el respeto para todo el viaje. A Diego se lo banca siempre, en las buenas y en las malas.
No te vayas, Barrilete Cósmico. Todavía te debemos demasiado.
domingo, 4 de julio de 2010
¿Plagio por tres?
miércoles, 30 de junio de 2010
Hombres necios e igualdad sexual
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Siglos más tarde, ante una coyuntura diferente, pero caracterizada por la permanencia de los mismos prejuicios sociales, una artista expresa su pensamiento de forma transgresora y polémica. Se trata de Violencia Rivas, la cantante que a mediados de los ´60 anticipó el punk desde la Argentina. Su actitud provocadora puede observarse aquí, prestando particular atención a partir de los 4´50´´.
martes, 29 de junio de 2010
Carnaval carioca peronista
Un enganchado para que tu fiesta, además de alegría, tenga un espacio de concientización de las masas.
Un long play que no puede dejar de estar en tu discoteca peronista y revolucionaria.
domingo, 27 de junio de 2010
Tómbola (o por qué los quiero tanto)
Remanso
sábado, 26 de junio de 2010
Junio
jueves, 24 de junio de 2010
miércoles, 23 de junio de 2010
Vórtice
por el aire,
en la tierra,
de una boca a otra boca,
dando vueltas,
girando,
entre muebles y sombras,
displicente,
gritando,
he perdido la vida,
no sé dónde,
ni cuándo.
Oliverio Girondo
(de Persuasión de los días)
domingo, 20 de junio de 2010
viernes, 18 de junio de 2010
Los nadies
A la muerte de Diego, se suman dos nuevas víctimas.
Las cumbias elitistas
Hoy la encontré por casualidad y debo confesar que me hizo reír. Es el ñoño que todos llevamos alojado en un rincón del corazón. Sin embargo, no pude evitar recordar la otra cumbia, que tiene características demasiado similares. Y me dio pena. Es una idea simpática, no mucho más que eso. Es la búsqueda de la sonrisa cómplice entre los detractores del citado género musical. Tiene esa cosa de guiño entre entendidos (bah, seamos francos, tampoco es que hay que ser demasiado entendido...) mezclado con la cultura popular, con la chabacanería del vulgo. En Johansen, al menos, la propuesta era un poco más genuina. Dilema de Amor es estirar un recurso que ya no daba para más. Aún así, divierte, y supongo que aún más a quienes no habían escuchado la cumbiera intelectual del Piojo López.
Tampoco me parece algo demasiado interesante como para el debate, pero hacía días que quería postear algo "entretenido". Escuchen y saquen sus propias conclusiones.
miércoles, 16 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
Entre el dolor y la rabia
Hoy me llegó la noticia. El dolor y la rabia que tan bien me supo transmitir Laura hicieron que sintiera la necesidad inevitable de gritarlo a los cuatro vientos, de transmitirlo, de que se difunda.
Les paso la posta.
viernes, 11 de junio de 2010
Hoy llovió. Mañana hincho por Argentina.
Mañana juega Argentina. Me voy a levantar temprano, voy a gritar como una loca, y a saltar aunque mi traumatólogo y mi kinesiólogo me lo prohíban. No me importan mis cuerdas vocales ni mi rodilla.
Tampoco me importa lo que la sana razón recomienda.
Me olvido que no es políticamente correcto fanatizarse con el nacionalismo irracional de un mundial.
Me chupa un huevo el negocio del fútbol y los millones de euros en juego. Mañana van a ser sólo ellos: el Diego y sus chicos.
Y será falsa conciencia. Será el teatro anti-disturbios. Lo sé, pero no me importa. Voy a disfrutar, a padecer, a reír y a llorar como siempre, como inevitablemente ocurre cada cuatro años. A partir de mañana, la literatura es no es Borges: es el negro Fontanarrosa.
Tenía ganas de postear algunas cuestiones críticas con respecto al mundial. En realidad, un breve análisis de cómo los diferentes mundiales se han constituído en distintos imaginarios sociales, cargadas con las representaciones simbólicas de cada época y, sobre todo, con nuestra propia historia. Prometo hacerlo cuando todo se termine.
Hoy no puedo. Mi cabeza sólo tiene lugar para el gol de Diego a los ingleses, los penales de Italia ´90, las victorias frente a Grecia y Nigeria en el ´94 y frente a Inglaterra en el ´98, la bronca del 2002 y los seis goles a Serbia del 2006.
Lo sé. Este post rompe con la línea que venía siguiendo este blog (me pregunto: ¿venía siguiendo una línea?).
Sabrán disculparme.
Mañana hincho por Argentina.
miércoles, 9 de junio de 2010
Lluvia
No había reparado demasiado en ello, hasta que en estos días (gracias a eso que algunas veces llamamos destino, y en otras mera casualidad) me topé con dos poemas que me conmovieron debido a su increíble belleza. Los dos hablan de la lluvia, y aún así son radicalmente opuestos. Se puede hablar largamente acerca de las oposiciones (Tuñón y Borges dan muchísimo para eso). Sin embargo, prefiero quedarme con el sentimiento, con lo que me pasa aquí y ahora, con la casualidad quizás buscada de encontrar uno y redescubrir el otro, y con el pesar de que hace ya demasiados días que no llueve.
Lluvia
Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios
abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los
maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas
/de extraños nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la
lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura
/de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografías, los paisajes que hemos
visto juntos, tantos gestos que hemos entrevisto o sospechado,
/los
ademanes y las palabras de ellos, todo, todo ha desaparecido y
apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra
posible resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Aún tenemos fuerzas para subir la callejuela empinada. Recién
estamos descubriendo los puentes y las casas, las ventanas y
/las luces, los barcos y los horizontes.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica,
pero tan humana, increíble, pero, tan real, numerosa,
/pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida
/vida, hacia el destino único.
Ambos nos ayudaremos para subir la callejuela empinada.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea
/del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa,
que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto,
/cuando tú y yo
seamos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo
siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Al extremo de que nada te pertenece sino yo.
Al extremo de que nada me pertenece sino tú.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al
caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al reflejar
sobre el asfalto las súbitas, las fugitivas luces rojas de los
automóviles, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de
nuestra esperanza, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y
acaso nuestro amor sea bello y triste y acaso esa tristeza
sea una manera sutil de la alegría.
Oh, íntima,recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.
Raúl González Tuñón
La lluvia
Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Jorge Luis Borges
martes, 8 de junio de 2010
sábado, 5 de junio de 2010
Odio a las vaquitas de San Antonio
(Albertina Carri, Los Rubios)
viernes, 28 de mayo de 2010
Piola
Sobre la retrospectiva de LTF
Me acaban de avisar que se dió de baja, aunque están viendo un lugar para reubicarla.
Por otro lado, también me informaron que están buscando material de todo tipo sobre los sellos editoriales de Mangieri. Si alguno tiene algo, chifle nomás!
lunes, 24 de mayo de 2010
La revolución es un sueño eterno
(Toco, ahora, ese bulto duro, lustroso y aceitado que reposa en el bolsillo de la chaqueta que visto, junto a papeles arrugados en los que, todavía, se lee SOY CASTELLI y PAPEL PLUMA TINTA.)
Veo, cuando alzo la pistola, lustrosa, aceitada, a la altura del corazón, el río, inmóvil y tenso y violáceo contra el horizonte, y el sol, quizá, al este del horizonte, y a Moreno, pequeño y enjuto, de pie sobre el piso de ladrillos de su despacho en el Cabildo, la cara lunar, opaca, que no fosforece, bajo el alto techo encalado, que me dice, con esa como exhausta suavidad que destilaba su lengua e impregnaba lo que su lengua no repetiría, vaya y acabe con Liniers. Escuche, Castelli, a Maquiavelo: Quien quiera fundar una República en un país donde existen muchos nobles, sólo podrá hacerlo después de exterminarlos a todos. Extermine a Liniers y a los que se alzaron con Liniers. Extermínelos, Castelli. Veo, la boca de la pistola apoyada contra la carne y los huesos que cubren mi corazón, a Moreno, la cara lunar, opaca, que no fosforece, como si flotase en los girones de sombra que la noche de julio instala en su despacho, y que dice, suave la voz y exhausta: Si vencemos, se hablará, por boca de amigos y enemigos, todo el tiempo que exista el hombre sobre la tierra, de nuestra audacia o de nuestra inhumana astucia. Si nos derrotan, ¿qué importa lo que se diga de nosotros? No estaremos aquí, Castelli, para escucharlos, ni en ningún otro lado que no sea dos metros debajo de donde crece el pastito de Dios.
Sin precipitarme, la luz del sol y de la mañana en mi cara, aprieto el gatillo. El caballo tal vez se sobresale por la detonación -no demasiado, viene de la guerra -, pero, luego, cuando se serene, paseará un cuerpo, caliente aún, que ya no pertenece a nadie, por la ciudad que ese cuerpo amó.
En esas desveladas noches de las que te hablo, pienso, también, en el instransferible y perpetuo aprendizaje de los revolucionarios: perder, resistir. Perder, resistir. Y resistir. Y no confundir lo real con la verdad.
(Andrés Rivera, La Revolución es un sueño eterno, Buenos Aires, Alfaguara, 1999. El resaltado es mío)
Añoralgias
Aunque no lo crean, de vez en cuando hecho mano a la nostalgia. Cómo olvidar mi infancia en aquella pequeña aldea perdida en la provincia de Buenos Aires...
Atendiendo a los llamados del corazón y de la memoria, comparto con ustedes esta zamba compuesta por músicos que han sabido retratar con palabras justas mi sentimiento.
a mi viejo pueblo, al que no he regresado
si pudiera volver al poblado,
que siempre me llama, que siempre me espera
si a mi pueblo volver yo pudiera...
La emoción me impide proseguir. Veanlo por ustedes mismos
(P.D: Sí, me gustan mucho. ¿Se nota?)
sábado, 22 de mayo de 2010
La cerveza del pescador Schiltigheim
Les paso el vínculo para un video-no-video (sólo audio) del Cuarteto Cedrón, cantando a González Tuñón.
http://www.youtube.com/watch?v=Z3NNqp1lf8Y
Si tienen la posibilidad de conseguirlo, les recomiendo el disco entero, que es bellísimo.
Debajo, va el poema de Tuñón sobre el que se elaboró la canción.
(P.D: El poema fue publicado en nuestro especialmente recomendado blog "Faro Vacío", de Gerardo Gambolini)
La cerveza del pescador Schiltigheim
Para que bebamos la rubia cerveza del viejo pescador Schiltigheim,
Para que amemos Carcassonne y Chartres, Chicago y Quebec, torres y puertos,
Los blancos molinos harineros y la luz de las altas ventanas de la noche
encendidas para los hombres de frac y para los ladrones.
Y las islas en donde los Kanakas comen plátanos fritos
y bajo las palmeras entre ágiles mulatas suenan los ukeleles.
Islas, dije, las islas, soles rojos, platillos para Darius y Milhaud.
¡Tener un corazón ligero! Vale decir amar a todas las mujeres bellas,
Y una moral ligera, vale decir andar con gitanos alegres
y dormir en un puerto un ocaso cualquiera y en otro puerto y otro
y andar con suavidad y con desenvoltura de fumador de opio.
Para que a cada paso un paisaje o una emoción o una contrariedad
nos reconcilien con la vida pequeña y su muerte pequeña.
Para que un día nos queden unos cuantos recuerdos: decir, estuve,
estuve en tal pasión, en tal recodo. Estuve, por ejemplo,
en la feria de Aubervilliers una mañana, con un trozo de asado,
una amistad tranquila, la mesa clara, el perro, el buen hablar
y afuera, las verduleras de París chapoteando con los zuecos en la nieve.
Para que bebamos la rubia cerveza del viejo pescador Schiltigheim
es necesario no asustarse de partir y volver, camaradas, estamos
en una encrucijada de caminos que parten y caminos que vuelven.
Raúl González Tuñón, de La calle del agujero en la media, 1930.
jueves, 20 de mayo de 2010
I Retrospectiva Editorial Libros de Tierra Firme (1983-2008): homenaje vivo a la obra del editor José Luis Mangieri
estoy confirmando si las reuniones de los martes siguen vigentes.
Estimo que sí, porque comenzó hace apenas dos semanas.
Si alguien sabe algo al respecto, avise!)
En cada jornada semanal se dará espacio a los autores, así como a amigos y conocidos de José Luis, para que diserten, vuelvan a presentar sus libros, cuenten anécdotas, se emocionen y revivan parte de la historia de estas editoriales que supieron albergar, desarrollar y cuidar el arte de tanta gente. También se proyectarán videos, entrevistas y documentales y se exhibirá el fondo editorial completo con libre acceso y venta al público, tal vez siendo ésta la última oportunidad del lector interesado o el coleccionista para conseguir estos títulos ya casi extintos.
Esta iniciativa surge del encuentro entre Distribuidora Cinco Pantalones (5p), encargada de la recuperación y el cuidado de este fondo editorial, y Nulú Bonsai Editora de Arte, quien realiza la curadoría editorial y la producción del evento. Compuesto por más de 5 mil ejemplares correspondientes a más de 350 títulos distintos de poesía, literatura, ensayo, teoría del arte, filosofía, historia y política, este volumen de libros se encuentra hoy distribuido equitativamente en el bar Profondo Rosso y La Libre, librería especializada y galería de arte ubicada en Bolívar 646, San Telmo.
Queremos agradecer en especial a Biblioteca Los Nadies por colaborar en la curaduría y manejo de los libros, tanto como en la producción y organización de todo lo que compete a este evento de características tan especiales.
Atte., Poetas, Editores, Distribuidores, Libreros y Bibliotecarios unidos en este homenaje.
Síntesis:
Iª Retrospectiva Editorial de Libros de Tierra Firme
Todos los martes desde las 20 horas
en Profondo Rosso — Humahuaca 3853
Entrada gratuita, salón para fumadores
Contacto:
Nulú Bonsai Editora de Arte
nulu.bonsai@gmail.com
Distribuidora Cinco Pantalones
cincopantalones@gmail.com
La Libre, arte y libros
Bolívar 646 — (011) 4343 5328
Biblioteca Los Nadies
Espacio Cultural Bonpland — Bonpland 1660, Palermo
Fuente: Blog del amasijo
miércoles, 19 de mayo de 2010
Una vez más, a resistir (por José Luis Mangieri)
Una vez más, a resistir
José Luis Mangieri
Después de 1983, CUANDO REINGRESAMOS EN EL PERÍODO DEMOCRÁTICO, muchos amigos y compañeros de entonces me sugirieron la vuelta de La Rosa Blindada. Siempre me negué amparándome en que no quiero ser caricatura de lo que fui. Algunas revistas que retomaron sus nombres de antaño, no pudieron alcanzar el nivel original. Creo que uno tiene que ser modesto por necesidad y no bastardear lo que originalmente fue por imperio de las circunstancias, por la época o por lo que fuera.
Sin embargo, en estos años pantanosos, acepté la sugerencia de reeditar en un volumen los mejores trabajos publicados en los ´60, porque la iniciativa proviene de jóvenes de una generación distinta de la mía que ven con otros ojos todo aquello: no lo sacralizan, más bien, lo desacralizan: tienen un interés incisivo por saber rigurosamente qué pasó en aquellos años.
La Rosa Blindada fue algo más que la revista que publicó nueve números. Fue una editorial que edito gran cantidad de títulos, también discos y muchos otros emprendimientos. Y que como Contorno, Pasado y Presente y Cristianismo y Revolución dejó su marca en la época.
El proyecto que teníamos al comienzo de aquellos años era editar una colección de poesía donde había libros nuestros y eso terminaba allí. Pero la gente, no el “pueblo” en general, pero había gente que nos dijeron: “¿no van a seguir sacando más libros?”. Seguimos entonces con la poesía y también nos politizamos, como marcaba y correspondía a esa época. Levantamos la bandera de Cuba y de Vietnam. Nadie se ocupaba de ellos porque en aquel entonces el Partido Comunista –que nos expulsó a todos nosotros por esta revista- tenía graves conflictos ideológicos con Cuba y con Vietnam (porque supuestamente detrás de Vietnam estaba China, y ellos estaban con la Unión Soviética). Fuimos de los primeros, y casi diría los únicos, que publicamos materiales de los cubanos en la revista y en los libros y también de los vietnamitas.
De los casi diez títulos que editamos de vietnamitas los que más escozor causaron fueron El hombre y el arma de Vo Nguyen Giap y del mismo autor Guerra del pueblo, ejército del pueblo. Este tenía un prólogo escrito por el Che Guevara, quien nos envió ese trabajo desde Cuba. Un libro excelente. Salió al comienzo con otro sello que teníamos (ediciones Horizonte) y lo reeditamos luego como La Rosa Blindada. Y también le publicamos al Che en la revista su ensayo “El socialismo y el hombre nuevo”, uno de sus grandes aportes teóricos. Además editamos la primera antología de poetas cubanos. Por todo eso se nos acusó – desde las posiciones oficiales del Partido Comunista- de “foquistas” y de “militaristas”, porque adscribíamos al Che.
Haciendo un balance retrospectivo, a los compañeros que hicimos La Rosa Blindada nos empujó la época. No es que tuviéramos “la precisa”, o las ideas claras. Los años sesenta produjeron una eclosión mundial (nuestro cordobazo, el mayo francés, el hippismo, la revuelta del estudiantado antiautoritario alemán, etc.) y en medio de ella estábamos nosotros. Hoy el mercado todo lo bastardea, se habla de los ´60 y del mayo francés como si hubieran sido un picnic. No fue así. Los chicos de París reclamaban “La imaginación al poder” pero no iban con rosas ni con banderas celestitas que decían graciosamente “viva la utopía”. Tiraban adoquines a la policía y levantaban barricadas en la calle.
Curiosidades de la época: el ministro de Cultura de De Gaulle, André Malraux, combatiente en las Brigadas Internacionales en España, encabezó la marcha de apoyo al gobierno; Jean Louis Barrault, del Teatro Popular Francés, la manifestación de los estudiantes y jóvenes obreros de París. Para dominar la rebelión popular De Gaulle hizo bajar las tropas francesas acantonadas en Alemania, comandadas por el general Massu. A Rudi Dutschke, el dirigente de la revuelta de los estudiantes alemanes, lo asesinó un fanático nazi. Y en América Latina hicieron falta las dictaduras genocidas para sofocar esos fuegos de esperanza.
Si se pudiera hablar de un mérito, creo que en ese particular contexto de los ´60 el nuestro fue el de organizar y aglutinar una gran cantidad de intelectuales, poetas, artistas, escritores, plásticos, actores y músicos, a la causa de la liberación y el antiimperialismo. Dos palabras obsoletas para la cultura dominante hoy.
Una esperanza de liberación –no “utópica” ni idealizada sino bien concreta y posible- que encabezaba en nuestro continente Cuba y en el resto del mundo Vietnam. Allí el imperialismo norteamericano sufre su primera derrota militar e internamente padece la activa y multitudinaria protesta de una juventud norteamericana que no quería ir a la guerra. Por influencia de la época, por el ejemplo de Cuba y particularmente del Che Guevara, esa militancia intelectual que nosotros logramos agrupar derivó en la lucha armada, donde muchos de esos compañeros que estuvieron con nosotros y que participaron en La Rosa Blindada, como Carlos Olmedo y Emilio Jáuregui, murieron. Y si los menciono sólo a ellos, no significa olvidarme de los demás. No quiero hacer la lista de todos nuestros compañeros muertos que llevamos en la memoria del corazón porque si me llegara a olvidar de alguno seria como matarlos de nuevo.
En La Rosa Blindada impulsamos una línea muy combativa contra el imperialismo en el campo de la cultura. Impulsamos una militancia muy concreta y muy caliente. Es cierto que ninguno de nosotros era obrero pero todos militábamos sindicalmente. Por ejemplo Emilio Jáuregui, Andrés Rivera, Juan Gelman y yo militábamos en el sindicato de prensa. Los pintores militaban en el sindicato de artistas plásticos, los músicos en el sindicato de músicos. Carlos Brocato (linotipista) y Horacio Casal (tipógrafo) en el medio gráfico, Andrés Rivera siempre se había ocupado de la Sección Gremiales en los diarios del Partido Comunista en los que militaba.
En definitiva: operábamos y hacíamos nuestra revista en el campo intelectual pero también íbamos a las asambleas de nuestros gremios. No existía el divorcio que vemos hoy, producto de la derrota popular. Un divorcio que sufren las nuevas camadas y las nuevas generaciones entre la práctica intelectual y la militancia sindical o política. O se está de un lado o se está del otro. Nosotros intentamos, con relativo éxito, superar esa dicotomía que tanto paraliza y genera impotencia entre los intelectuales.
Posteriormente, y ya en tiempos de nuestra “transición democrática”, se acusó restrospectivamente a La Rosa Blindada y a todas las revistas de esa época de haber perdido con sus prácticas la “especificidad” intelectual. En el mejor de los casos ese balance unilateral, hecho a posteriori, es un grave error de apreciación histórica. ¿Cómo se puede argumentar eso, cuando nada menos que en el último número de La Rosa Blindada – el más politizado de todos y ya bajo la dictadura de Onganía- se publica el ensayo “La izquierda sin sujeto” del filósofo León Rozitchner, que todavía hoy se sigue reproduciendo en diversos libros y revistas? Por no hablar de los trabajos de Antonio Caparrós sobre los estímulos morales y materiales en la transición socialista, el de Norberto Bobbio sobre la filosofía de Antonio Gramsci, o incluso la “inesperada” presencia en la revista de Lacan y el tema de la sexualidad femenina, etc.
Además cabría preguntarse, para no ser ingenuos ni desprevenidos, ¿qué es y qué significa la tan mentada “especificidad” intelectual? En lo personal, tuve siempre como paradigma a aquellos que unieron su actividad y compromiso intelectual con la militancia práctica, incluso en la lucha armada: Julius Fucik, bajo la ocupación nazi en Praga, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Roberto Santoro, Miguel Ángel Bustos, Camilo Torres, Javier Heraud. Y tampoco soslayemos a los arriesgados intelectuales argentinos de la década del ´30 –cuya obra olvidada alguna vez habrá que rescatar- que se jugaron en la lucha antifascista.
En América latina existen muchísimos ejemplos que las nuevas generaciones deberían reexaminar, deberían intentar al menos conocer en ese sentido para poder ver que el modelo del intelectual tibio, mediocre, desabrido – oportunista, en fin- que nos proponen hoy no es el único posible.
Pero atención: la militancia en todos ellos no significó abandonar las tareas intelectuales u olvidarse de que eran intelectuales – Paco Urondo siguió escribiendo poesía hasta el último minuto de su vida. Y entre todo ellos, no puedo olvidarme del Che Guevara. El Che, nuestro querido Che, es un intelectual. Es un médico, es también un gran lector, y da un paso adelante, como lo dio el profesor de Historia Julius Fucik. Y no hablemos de los poetas surrealistas franceses que lucharon en la clandestinidad contra los nazis. No escribiendo solamente poesía. Lucharon y arriesgaron su cuerpo y uno se imagina que en 1943 en Praga o en París la ocupación del nazismo debió haber sido muy dura. ¿Y los grandes escritores y poetas que provenían de la aristocracia inglesa y que se formaron en sus universidades? Muchos de ellos fueron a la guerra civil española. No solamente el alemán Bertolt Brecht, que provenía de la izquierda, sino también los que provenían de Oxford o Cambridge... Y Antonio Gramsci, ¿qué era? ¿Un intelectual de gabinete, pulcro, limpio, incontaminado?
Esa acusación peyorativa, descalificatoria que se hizo posteriormente sobre la cultura de aquella década, sobre sus revistas (como por ejemplo Pasado y Presente) y en particular sobre La Rosa Blindada es, insisto, incorrecta. Proviene de gente timorata y en gran medida cobarde –dicho esto con cautela, para que nadie piense que queremos posar de “valientes”-. Pero sí cobardes en el sentido de no querer asumir un compromiso. Los que persiguen juicios de ese tipo intentan convencer a las nuevas camadas, a los jóvenes intelectuales que recién se inician, que desistan de empezar, que se “acomoden” al sistema y no asuman riesgo alguno, que sean impotentes por propia elección.
Y si pensamos en la conjunción de “especificidad” intelectual y práctica política militante, que estaba en el centro de nuestro proyecto, no podemos eludir la figura de Raúl González Tuñón y todo lo que él significó para quienes hicimos La Rosa Blindada. Tuñón no sólo fue un maestro sino también un camarada, un amigo, un hombre humilde. El nos recibía a todos nosotros: a Héctor Negro, a Julio Huasi, a Juan Gelman, al “Tata” Cedrón, a mí y a tantos otros. Nos deslumbraba con sus relatos de la guerra civil española, nos hablaba de los surrealistas, del París del ´30 que él conoció. Y nos hablaba de la responsabilidad del escritor. ¿Quién habla, a fines de los años ´90, de la responsabilidad del escritor? Hoy la polémica Sartre-Camus sería impensable.
Predomina otro modelo, con pocas excepciones, cuyos nombres más notorios son sin duda David Viñas, Osvaldo Bayer o León Rozitchner. Ninguno de ellos ha olvidado en sus escritos, en sus intervenciones, su compromiso militante. Pero muchos otros –particularmente algunos que no son tan jóvenes- se van acomodando al sistema (que todo lo fagocita) o son complacientes con lo que está pasando en este país. Lamentablemente la “festichola” de la frivolidad menemista se instaló no solamente en el campo político (un verdadero circo criollo) sino también entre muchos intelectuales. La cultura de los “grandes denunciadores” es parte de eso. Supuestas denuncias infladas que no dicen nada y que poco tienen que ver con los libros que supiera escribir Rodolfo Walsh. Títulos como Operación masacre o ¿Quién mató a Rosendo? que no sólo impugnaban un hecho puntual sino que cuestionaban a todo el sistema. También existen otros intelectuales, es cierto, pero lamentablemente sus voces permanecen asiladas. Todo es best-seller.
¿Quién ocupa hoy y aquí el lugar de Raúl González Tuñón y de Rodolfo Walsh? Esta observación no implica ni presupone un pesimismo alguno. La vida continúa. Sus reemplazantes no vendrán de nuestra generación. Saldrán de la que hoy tiene entre veinte y treinta años, cuando se logre tomar conciencia –insisto: no de manera aislada- de lo que es realmente esta sociedad. Saldrán de esa generación cuando sus jóvenes miembros –y no estoy haciendo juvenilismo- intenten reconstruir los vínculos entre la praxis social y su actividad intelectual. Engels decía que la realidad no es solamente lo que se ve sino también lo que está sucediendo por debajo. Quizás por ahora no se vea pero por debajo se esté gestando algo nuevo que recupere ese lujar que dejaron Walsh y Tuñón.
En el campo de la poesía, los más jóvenes son escépticos, renuncian a los padres literarios y se sienten muy cómodos en tanto huérfanos. No está nada mal, hacen su propio camino. Y también en el periodismo van a comenzar a surgir estos “huerfanitos”, los que van a heredar a Rodolfo Walsh, Ortega Peña, Milcíades Peña o Silvio Frondizi. Sin pensar en fabricar best sellers. Seguramente, por el material que publiquen, no los van a editar las grandes empresas editoriales que están con el mercado. La Rosa Blindada pretendió en el pasado y pretende ahora –en una época muy distinta- ser una alternativa frente a esos gigantescos grupos editores. Pequeña y modesta, pero una alternativa.
Algunos pensamos que es posible. Otros sugerirán el viejo tema del miedo. Ya no puede haber nuevos Rodolfos Walsh –y lo tomo a él simplemente como ejemplo- por el remanido tema del miedo. Y bueno... Rodolfo Walsh no tenía miedo y Julius Fucik no tenía miedo. Y si tenían, los superaron. La dictadura militar instaló el miedo entre nosotros: “Acá no se saca más los pies del plato”, parece ser la consigna inconfesada pero acatada religiosamente por muchos. Acá no se ocupa más una fábrica, acá no se jode más. ¿El miedo está instalado? Pues bien, hay que deinstalarlo. Si no, nos ganaron para siempre, hasta el fin de los tiempos. El golpe pasó hace veintidós años. Reeditar y volver a revisitar La Rosa Blindada, sin creerse que allí está la Biblia, es dar un pequeño paso para desinstalar el miedo. Es apenas eso, un aporte.
Nos quisieron envolver con que “desapareció” la clase obrera, “desapareció” el sindicato, “desapareció” la posibilidad de cuestionar entre los intelectuales. Todo “desaparece” para esta cultura y esta ideología oficial y algunos insospechados adláteres. Todo, menos... el capitalismo, el mercado, los patrones, los militares, los monopolios y el ajuste. Ese es el relato oficial. ¿Será cierto? Creemos que no. Los intelectuales, asumiendo las nuevas realidades tendríamos que recuperar una actitud crítica frente al capitalismo salvaje, racista, excluyente –que es el único capitalismo conocido a pesar de que cantaba Whitman, pues el capitalismo siempre fue salvaje-. Deberíamos retomar una actitud crítica pero no de manera aislada sino dentro de una lucha colectiva que evidentemente no terminó.
En este contexto, en ese horizonte, más bien sombrío, reeditar La Rosa Blindada no pretende ser un gesto de nostalgia ni tampoco de revival ni de “asalto al poder”. Intenta aportar un material de discusión y de estudio, sepultado por la avalancha de terror que inundó la cultura argentina durante la dictadura y por la pegajosa red de olvido e impunidad que tiñe la llamada “transición democrática”. Frente al terror y al olvido complaciente nosotros rescatamos la memoria. Tuñón siempre nos decía que “los muertos viven en la memoria de los vivos”. Olvidarlos es matarlos para siempre. Y tenía razón.
No casualmente le publicamos en 1963 a Raúl González Tuñón su libro de poemas Demanda contra el olvido que llevaba como subtítulo “Cantata para nuestros muertos”. No casualmente en la poesía y en los artículos periodísticos de Gelman aparece siempre el tema de la memoria. No casualmente Osvaldo Bayer ha rescatado del olvido en libros, discos y películas las luchas sociales de principios de siglo. No casualmente Andrés Rivera sigue escribiendo La revolución es un sueño eterno y Carlos Gorriarena nuestro Goya, nuestro Bacon, pinta como siempre: como nuestro Gorriarena. Porque acá, en la historia y en la cultura argentinas, siempre hubo cortes sangrientos y profundos. Nos impiden una hilación. Una de nuestras tareas pendientes es precisamente recuperar las tradiciones y unir las cuentas del collar. Esa es la principal condición para recuperar el sentido colectivo. Ahora estamos todos sumidos en el gran individualismo: cada cual en su universidad, en su kiosco, en su diario, sin proyectos colectivos, siempre cuidadosos de no perturbar. Hay que animarse a sacar los pies del plato, el pensamiento crítico sigue siendo un arma poderosa contra esta globalización de lo perverso.
Estos materiales aquí reunidos y compilados por gente joven apuntan también a un público de jóvenes que hoy se interrogan, buscan, se preguntan, quieren –sanamente- explicaciones, quieren saber qué pasó en nuestro país. Ese ejercicio que estas nuevas camadas realizan es imprescindible. Porque después de 1983 se instaló como versión oficial de la historia y la tragedia argentina la falsa y nefasta teoría de “los dos demonios”. Falsa y nefasta porque en nuestro país –a pesar de nuestros errores y horrores- hubo un solo demonio, el del terrorismo de estado.
La finalidad de esta reedición apunta entonces a recuperar estas tradiciones olvidadas y hacer circular entre jóvenes deseosos de conocer activamente –no de consumir pasivamente al estilo de un revival mercantil, como pretendieron infructuosamente hacer con el Che Guevara- lo producido en aquella década del ´60. El modelo y el sistema actuales no son los únicos posibles. El tipo de intelectual que hoy predomina, tampoco. Y a partir de allí habrá que discutir cómo se continúa la lucha, qué nuevas formas asume hoy el compromiso político, qué se debe hacer en el futuro. Sin recetas previas, sin caricaturas del pasado pero tampoco aceptando pasivamente naufragar en este pantano insoportable de un planeta que se divide en un primer mundo cada vez más rico y ya no un tercer, sino un quinto mundo, cada vez más miserable.
¿Qué significará La Rosa Blindada para un lector o una lectora actuales de veinte o treinta años? Difícil saberlo. Fue en el pasado una experiencia válida y quizás pueda serlo –no repetitiva sino creadoramente- en el futuro. Históricamente, con todos los errores que pudimos haber cometido (y que no eludimos), fue un camino legítimo. No nos arrepentimos, como nos sugieren afanosamente los ideólogos y los voceros mediáticos del poder. Jamás seremos conversos.
El objetivo de La Rosa Blindada, como revista y como editorial, fue aquello mismo que ya había lanzado el poeta Arthur Rimbaud en las barricadas de la Comuna de París en 1870: “¡Cambiad la vida!”.
Siempre vale la pena intentarlo.
Fuente: Néstor Kohan (compilación y estudio introductorio), La Rosa Blindada, una pasión de los ´60, Ediciones La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1999.
Pecar es negarse a amar (II)
http://www.clarin.com/diario/2010/05/19/um/m-02197527.htm
(Y sí, de manera absolutamente excepcional, este blog se permite citar un artículo de Clarín. La causa lo requería. Prometo que no volverá a repetirse)
III Encuentro Latinoamericano de Jóvenes por el Cambio
(Dato al margen: tomen el ejemplo. Pidan y se les concederá.)
lunes, 17 de mayo de 2010
Delegación de un destino
Como hemos aprendido desde la escuela primaria, este último pensador es el que ha tenido una relación más directa con nuestra propia historia. A días del bicentenario, no viene mal recordar la fuerte influencia rousseauniana en los revolucionarios de mayo. Tal es el caso de Mariano Moreno, que en 1810 publica su traducción de El Contrato Social.
Sin embargo, faltaba mucho tiempo para que la filosofía política rioplatense encontrara su teoría del contrato. Revoluciones y contrarrevoluciones, guerras de independencia, luchas internas, civilización y barbarie marcaron los años que siguieron a la muerte de Moreno. La historia siguió su curso, y el nuevo siglo nos mostró una forma de Estado peculiar.
Hace unos días me sugirieron para este blog un capítulo de "El hombre que está solo y espera", comparándolo con los contractualistas. Luego de leerlo, coincidí en que la referencia era obligada. Desde el sur, y cuando la figura del contrato había perdido el protagonismo que tuviera casi trescientos años antes, Scalabrini Ortiz reflexiona sobre la génesis del Estado a partir de la idiosincrasia porteña.
Transcribo fragmentos del capítulo "Delegación de un destino", descripción precisa y certera escrita en la década del ´30, pero que nos caracteriza hasta el día de hoy.
Pero el hombre porteño está retenido junto al desencadenamiento del tiempo por el sentimiento de su imputabilidad en los destinos del espíritu de su tierra, al que su destino está afectiva e inmodificablemente trenzado. Para eximirse de esa responsabilidad, de la que es autor y agente, el hombre se amputa una fracción de sí mismo, y cede a la colectividad algunos de los derechos y de los deberes que a sí mismo se confiere.
Así nace en el hombre porteño, por fulguración de su individualismo cósmico, un sentimiento colectivista. El estado es una delegación del hombre porteño, en que el Hombre de Corrientes y Esmeralda se salva de ideas de temporalidad. Nacido, pues, del convencimiento de su fugacidad, el estado brota de abajo, de la muchedumbre, y es casi una redención. No es el estado argentino una tiranía de principios abstractos, es una construcción humana, fundada en la índole metafísica del país, una creación del pueblo solidario, realizada a pesar de los engreimientos dañinos, de las infidencias de fines, de las sórdidas ambiciones de los que debieron ser directores de la organización. Por eso, los europeos, aun los más clarividentes miradores, no enterados de estas vetas ocultas,
“se sorprenden del grado de madurez a que ha llegado aquí la idea del estado” que barruntaban “aún vago, de aristas poco acusadas y apenas diferenciado del gran protoplasma social”, es decir, que barruntaban simple calco, sin alma.
Para que la excepción de responsabilidad sea completa, y el hombre porteño pueda reposar en ella, el estado debe parecer automático. El estado mismo debe evacuar sus necesidades, encontrar su personal representativo, adaptarse a las incidencias del azar, precaver las insidias de sus enemigos externos e internos, ser casi omnipotente en las jurisdicciones de tiempo y de espacio, en que se plasman los hechos de la historia y de la disciplina social. Por eso, en el parecer porteño, todo porteño debe cumplir la función que el estado le encomienda y nada más que ella. Desobedecerlo es disminuir su autoridad. Extralimitarse, arrogarse misiones impropias del cargo, es también lastimar la idea del estado, exponerlo a la buena voluntad de los individuos. En ambos casos, el sentimiento de la responsabilidad se aviva en el porteño, y el hombre cae de nuevo en la historia, en la comparación con otros estados, en sus diferimientos, en el estudio de sus puntos débiles, y queda insertado en la sucesión del tiempo de donde justamente quería zafar.
El que desacata al estado o lo tutela es, por lo tanto, enemigo de la tranquilidad porteña, y el Hombre de Corrientes y Esmeralda lo castiga con todo rigor de indulgencia. El ladrón que huye, por ejemplo, debe ser apresado por el vigilante. Los particulares que se entrometen, por plausible que sea su intención en sí, son censurables. El vigilante es el personero del estado en esa actividad y el único, por lo tanto, a quien compite causarla, aunque no sea el más idóneo personalmente. Nadie se burlará del vigilante que sufre un fiasco en la persecución del delincuente, que se rezaga o se cansa. Todos se reirán del meterete que quiso cooperar, se reirán con esa temible socarronería que el porteño utiliza solamente en casos graves.
(…) “No te metas en las pertenencias en que señorea la nación; en el resguardo de las personas y los bienes, en el mantenimiento del orden y de la moral”. Quien transgrede esas prerrogativas estaduales es pasible de pena. El ridículo es la que generalmente endosa la clemencia del Hombre de Corrientes y Esmeralda.
Por otra parte, mientras el centralismo del estado no hiere sus derechos, lo que no es fácil pues él los prohíja meticulosamente, el individualismo del Hombre de Corrientes y Esmeralda gana con esta delegación. Al emanciparse de la administración de todo destino ajeno al suyo personal, hasta del destino del espíritu de su tierra que es uno de sus pocos amores, quizá el más absorvente, pero que está emponzoñado por la idea del tiempo, queda más libre en una soledad más lícita: solo con sus divagaciones. Así espera la coordinación que algún día sobrevendrá de sus instituciones escritas y de sus sentimientos. El no hace nada, porque está convencido de que su movilidad sería nociva para los demás porteños y estéril para la nación, en quien delegó sus atribuciones. Y es tan completa la delegación, que el porteño se permite hablar mal del estado. Si él lo perjudica con sus habladurías, el estado tiene medios para hacerlo callar. Pero él no protege al estado con su silencio.
viernes, 14 de mayo de 2010
martes, 11 de mayo de 2010
Esto sí que es PRO
Iba a incorporar una serie de reflexiones propias al respecto, pero, en su mayoría, ya fueron discutidas en los comentarios que figuran en el vínculo. Lo único que deseo agregar es una sugerencia para Don Esteban: por favor, busque un textito de la década del ´70, donde Oscar Varsavsky presenta argumentos que se oponen a los de Gregorio Klimovsky en lo que refiere a la neutralidad valorativa de la ciencia. Es un clásico de la epistemología. Leyéndolo se dará cuenta que no hay objetividad en las producciones científicas, ni ausencia de ideología en la presentación de sus resultados. La honestidad intelectual, entonces, radica en hacer explícita la postura de la que se parte. Honestidad de la que usted carece.
Les dejo el vínculo. Allí tienen las palabras del Ministro, muchísimos comentarios y, por supuesto, el famoso material. Sugiero que lo lean: tiene varios documentos más que interesantes.
lunes, 10 de mayo de 2010
Sobre la ignorancia
Rescato estas palabras de Paulo Freire (de La educación como práctica de la libertad) con la intención de dar inicio al intercambio de información sobre Educación Popular. Hay mucha gente amiga trabajando en esto, por lo que les dejo abierta la puerta para compartir sus experiencias.
jueves, 6 de mayo de 2010
La lengua universal
Aunque me cueste dar por perdida una discusión que vengo manteniendo hace años (y que la pondré a disposición en otra oportunidad), supongo que si hay algo que pueda cumplir con los requisitos buscados, eso es la música.
Por supuesto, no es sólo una apreciación personal. Ya se ha dicho mucho al respecto y, entre tantas palabras, elijo compartir las siguientes:
La música puede ser comparada con una lengua universal, cuya cualidad y elocuencia supera con mucho a todos los idiomas de la tierra.
La cita es de Schopenhauer, El mundo como voluntad y como representación. Se hace referencia a la misma en un artículo sobre esta temática que me pareció muy interesante para difundir.
Al leerlo, no pude evitar recordar algo que es lo más hermoso que escuché en mucho tiempo. No soy una experta en lo que refiere a lo musical, y estoy lejos de serlo. Complica aún más las cosas compartir algo que conocí a través de alguien apasionado por ello, lo cuál hace sentirlo como no del todo propio. Lo único que espero es que este "pequeño robo" sea interpretado como una muestra de agradecimiento, y que quienes no lo conozcan tengan la posibilidad de descubrirlo.
Que lo disfruten.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Pecar es negarse a amar
Leyendo esa nota, me vinieron varias cosas a la cabeza. A saber:
1) Oesterheld, qué grande te queda el apellido.
2) La defensa de la "familia argentina" me recordaba al tema de Silvio Rodríguez. La diferencia es que a éstos no sólo no les permiten amarse con la Iglesia, sino que tampoco pueden hacerlo con la ley.
3) Con respecto a la Iglesia, Dios, el amor, y demás... quería retomar parte de una entrevista a un cura, realizada en 1972:
¿Qué entiende por pecado?
Pecar es negarse a amar. No hay pecado sexual: hay pecado contra el amor. Uno peca sexualmente cuando utiliza a una persona como cosa, como objeto. (...).
Entonces son muchos los cristianos que viven en el pecado, que no aman.
Son todos aquellos que tienen una imagen desfigurada de Dios. Dios es para ellos el gran súper-yo-castrador y viven con Él una relación mítica, supersticiosa, mágica. Para ellos es un Dios que justifica la inmovilidad.(...) La verdadera fe cristiana, la auténtica fe en Cristo hace trizas esa creencia. Tener fe es amar al prójimo, y eso me moviliza a fondo, tanto como para dar la vida por mis hermanos, tanto como para brindarme íntegramente por ellos.
La entrevista fue realizada a Carlos Mugica, y publicada por Siete Días. Vale preguntarse, a partir de sus dichos, cuáles son los intereses que defienden estos representantes de la Iglesia que opinan por todos los medios, y cuánto hay de Dios en sus palabras.
(P.D: La entrevista es imperdible en su totalidad, tanto para creyentes como para ateos, por lo que comparto el vínculo:
http://www.elhistoriador.com.ar/entrevistas/m/mugica.php)
martes, 4 de mayo de 2010
¿Más policía, es más seguridad?
"Pienso en mi hermano, por ejemplo. Hace un par de meses que lo mataron. El botón vino y dijo con esa cara de hijo de puta que ponen en todos los casos, que había tenido un accidente. El accidente fue que lo molieron a palos. Fuimos en el patrullero mi madre y yo hasta la 46a y allí estaba mi hermano tendido sobre una mesa con un sábana que lo cubría de la cabeza a los pies. El botón levantó la sábana y vimos su cara, nada más que su cara, debajo de una lámpara cubierta con una hoja de diario. No solté una lágrima para no darles el gusto y además, no parecía mi hermano. En realidad, no creo que haya muerto. Mi hermano estaba tan lleno de vida que no creo que un par de botones hayan podido terminar con él”
(Fragmento de "Como un león", cuento publicado en: Haroldo Conti, Con otra gente, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1992)
Años después, un 31 de Enero de 2009, Luciano Arruga, de 17 años, fue secuestrado y desaparecido por efectivos del Destacamento Policial de Lomas del Mirador. Los grandes medios poco han dicho al respecto.
Para mayor información sobre Luciano y muchos más, les dejo el vínculo:
http://lucianoarrugadesaparecido.blogspot.com/
sábado, 1 de mayo de 2010
Otra concepción de cultura
Esta publicación trajo a mi memoria un mail que circulaba hace un par de años, del cual recordaba el título ("Preferimos no hacerlo") y a Daniel Freidemberg como uno de los impulsores de la propuesta. Intenté buscarlo en mi bandeja de entrada, pero es un caos de diez años de mails recibidos. Finalmente, pude rastrear en google la nota que les paso a continuación.
Preferimos hacerlo
Por Daniel Freidemberg
La cosa empezó cuando me invitaron a leer en una maratón de poesía frente a la Casa del Escritor de la Ciudad, organizada por el gobierno porteño, y me pidieron mi número de DNI para el correspondiente pago. Presentada de ese modo la cuestión, está muy bien: es justo cobrar por leer poesía, debería siempre ser así, pero apenas un día antes me había enterado de que la gestión Macri acababa de cerrar más de medio millar de talleres del Programa Cultural en Barrios (arriba del 40 por ciento), con unos 250 docentes despedidos y unos 20.000 vecinos que se quedaron de golpe sin atención, carencia que vista desde Corrientes y Montevideo o desde Palermo Soho es poco y nada, pero para esa gente implica perder algo que necesita de verdad.
La sensación que tuve es que, si aceptaba, iba a avalar un modo de entender la cultura según el cual está muy bien todo lo que se pueda ostentar y mostrar públicamente, por ejemplo el BAFICI o las maratones de lectura, en tanto se destruye lo que produce cultura de una manera más imperceptible y permanente, y que resulta mucho más necesario –no porque no sean necesarios las maratones de lectura o el BAFICI–, al ir formando capacidades a largo plazo y extender las prácticas culturales más allá de los espacios que frecuentamos “las personas cultas”. Dos o tres días después, la campaña No hay ciudad sin poesía, con enormes, vistosos y carísimos carteles en las calles, confirmaba lo que sospeché: cultura, para el macrismo –como para otras gestiones, pero mucho más–, es lo que luce y lo que permite obtener ganancia en votos o dinero, y el otro modo de entender la gestión cultural, profundamente popular y democrático, no merece consideración porque no está en sus intereses, o más bien va contra sus intereses.
Agradecí entonces la invitación y avisé que no iba a participar, pero se me ocurrió que con eso podía hacer algo que ayudara a la gente de los talleres. Lo consulté y, con Rodolfo Alonso, Leopoldo Brizuela, Susana Cella, Javier Cófreces, Manuela Fingueret, Alberto Szpunberg, Leonor Silvestri, Juano Villafañe y Miguel Vitagliano, lanzamos un breve texto con un título que aludía al Bartleby de Melville, “Preferimos no hacerlo”: no íbamos a participar en actividades organizadas por el Gobierno de la ciudad mientras persista esta situación. Reunimos en poco tiempo 270 firmas, incluido medio centenar de nombres de escritores bien reconocidos (Saccomano, Kartun, Feinmann, Shua, Midón, Valenzuela, Dal Masetto, Martini, Pradelli, Lojo, entre otros) y el tema empezó a aparecer en los diarios y otros medios: ayudamos a sacarlo de la invisibilidad. Lo sé porque me lo dijeron los propios talleristas en lucha, y eso me lleva a pensar que hicimos bien.
En el medio hubo, claro, gente que nos acusó de “atentar contra el trabajo de los compañeros”, aludiendo a que la directora de la Casa del Escritor, Susana Villalba, está o habría estado vinculada al Partido Obrero; la propia Villalba me dijo que esta era una campaña personal contra ella (yo ni siquiera estaba enterado de su designación); otros me acusaron de buscar notoriedad y otros sostuvieron que, al no participar, estábamos contribuyendo al vaciamiento de la cultura, en base a una idea más que consistente: instituciones como la Casa del Escritor, el BAFICI o el Festival de Teatro son de la ciudad, no del Gobierno; son nuestras, y usarlas es ejercer nuestro derecho.
Es muy cierto. Lo único que puedo responder es que, si no hubiéramos anunciado nuestra negativa a participar, no habría pasado nada. Casi no hay semana en que no circule alguna declaración que los escritores y/o intelectuales nos apresuramos a firmar y ahí andan por la web o como solicitada en algún diario sin otra consecuencia: cumplimos con nuestras conciencias, conseguimos hacer ver nuestros nombres y todos contentos. El factor que marcó la diferencia en este caso fue eso que con pobre imaginación un medio llamó “huelga de versos caídos”: la renuncia a un derecho legítimo en función de producir un hecho político. Y lo produjimos: con la difusión de “Preferimos no hacerlo”, se dio la posibilidad de que, en torno de los talleristas, se reuniera una cantidad de entidades de la cultura –Argentores, Músicos Independientes, Centro Cultural de la Cooperación, Asociación de Actores, Sociedad de Escritores, murgueros, artesanos, gente del teatro callejero, titiriteros, coreógrafos y unas veinte más– para empezar a hacer algo en contra de la operación de desguace que el macrismo está ejecutando en la mayor parte de las áreas de la cultura, y no sólo de la cultura, de Buenos Aires. Hay, parece evidente, una política en marcha, de fondo, y que excede la cuestión del Programa Cultural en Barrios: desregular, desarmar lo que bien o mal hicieron otros gobiernos y dejar todo en manos de la empresa privada. No les va a resultar fácil, si lo que empezamos se extiende y fortalece, y son muchos y muy buenos los motivos para que así sea. Eso, sí, preferimos hacerlo.
(Esta nota aparece en: http://www.revista-zoom.com.ar/spip.php?site11
Lateralidades
Entre estos últimos, hay uno que me pareció particularmente interesante porque conlleva cierta perspectiva sociológica. Lo conocí a través de un escrito de Adrián Paenza, que salió publicado en Página/12 hace ya bastante tiempo. Es muy probable que lo conozcan, pero no quería dejar de compartirlo.
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/index-2006-08-18.html
viernes, 30 de abril de 2010
Acerca de las "bromas solidarias"
Decía Freire: "Aprender a escuchar (o a ayudar, agrego yo), implica no minimizar al otro, no ridiculizarlo. ¿Cómo puede un profesor (o un comunicador, o un productor televisivo o un payaso con pretensiones de actor) tener buena comunicación con un alumno (o persona en general) al cual previamente desvalorizó o ironizó? ¿Cómo puede un profesor machista escuchar a una mujer, o un profesor racista a un negro? (...) Si usted es machista, asúmase como machista pero no se presente como demócrata, usted no tiene nada que ver con la democracia. Si en cambio usted insiste con los sueños democráticos (y solidarios), entonces va a tener que pensar en ir superando su machismo, su clasismo, su racismo"
(La cita es del libro "El Grito Manso", editado por siglo XXI en 2004 )
Al leerlo, parece más claro que el agua. Sin embargo, nuestra nunca bien ponderada caja boba sigue sorprendiéndonos. Como filántropos posmodernos, Tinelli y su corte de aduladores concibieron un nuevo oximorón: las bromas solidarias. La broma, (aunque sería más apropiado hablar de burla) implica una situación de ventaja. Quien se burla está en una posición más favorable que quien es burlado: sea porque conoce algo que el otro no, o porque se reconoce superior o porque existen otros que advierten una disparidad. Para que la broma-burla sea efectiva, se requiere una relación asimétrica, vertical. Los de arriba se ríen de los de abajo, aunque los eufemismos digan que ríen con ellos.
La solidaridad, por el contrario, implica horizontalidad, trabajar juntos en pos de lograr un objetivo, construir relaciones fuertes y cambios que perduren en el tiempo. Esto implica que la dádiva mediática jamás podría considerarse como solidaria. El hecho de que una población no cuente con los elementos mínimos para garantizar la satisfacción de sus necesidades no puede revertirse por el pase de magia de un Matías Alé disfrazado. En este punto, no existe el arriba-abajo que la mirada etnocéntrica y clasista de Tinelli y su gente determina. No hay un "ellos" y un "nosotros", porque tanto los unos como los otros son ciudadanos con exactamente los mismos derechos, aún cuando la democracia formal beneficie sólo a algunos. Se requiere un ejercicio pleno de la ciudadanía, donde la ayuda suponga la recuperación de los derechos que han sido vulnerados, y no la ridiculización y desvalorización del otro.
Así lo entendieron por estos días en Apipé. La población no aceptó pagar el precio impuesto para el ejercicio de un derecho que les es propio. Se negaron a formar parte del circo, aunque implicara rechazar el pan. La humillación es demasiado cara para contrarrestarla con limosna. Y, esta vez, el papelón lo sufrió el más vivo de la cuadra, el gran bromista nacional.
Para quienes desconozcan de lo que hablo, les paso un par de vínculos de algunos de los pocos medios que cubrieron la noticia:
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-144753-2010-04-28.html
http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=41284&pagina=6
http://www.youtube.com/watch?v=GOv2ksk6fgY
Lo bueno si es breve... (o "¿Alguien me confirma si realmente existió esto?")
Nos quedamos con los 1000 pesos, entonces. Prosigo. Se supone que en la elección, si bien se tendría en cuenta la originalidad, calidad y sentido del microrrelato, lo que definía al ganador era la cantidad de palabras usadas.
Cuenta la anécdota que me refirieron (y que nunca pude corroborar en ningún sitio), que el relato ganador fue el siguiente:
- Título: "Cómo me gané mil pesos"
- Cuerpo del relato: "Así"
Si realmente existió, es una joya de la literatura que nada tiene que envidiarle a Augusto Monterroso.
Esperando que alguien pueda confirmar la veracidad de la anécdota, o simplemente tenga otros cuentos minúsculos para compartir, inciamos la sección "Cortitos y al pie" (La etiqueta es mala, pero he visto cosas peores en la web. La referencia "breves microrrelatos" es más frecuente de lo que hubiese imaginado)
De cómo Huxley la pegó más que Orwell
Extraído del prologo del libro ‘Un Mundo Feliz’ por Aldous Huxley
jueves, 29 de abril de 2010
Rodolfo Walsh
"Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad"
en Rodolfo Walsh, El violento oficio de escribir. Obra periodística 1953-1977. Buenos Aires, Planeta, 1995
Elegí estas palabras, aunque ya sean conocidas por muchos, para habilitar un espacio de difusión.
El mismo está abierto para lo que quieran compartir
Cultura para todos
Para el enriquecimiento espiritual de toda la familia.
Mediante la presentación de esta etiqueta, se da por inaugurado formalmente el ciclo de difusión cultural de "No soy yo soy mi hermana".
(Comentario al pasar: entre el nick y la cita inicial, ya casi tenemos un blog homenaje a Rabinovich y sus secuaces)
Nunca aprendí a escribir
Nunca aprendí a escribir, decía, por lo que desistí de intentarlo. Me consuela saber que tengo amigos que lo hacen mucho mejor. Supongo que, en parte, a ellos les cedo este espacio, confiando en que pueda servirles de excusa para regalarnos sus palabras.
Nunca aprendí a escribir, repito. Tampoco a tocar la guitarra, ni a jugar al truco ni al ajedrez: ejemplos de una clara dificultad para conciliar la teoría y la práctica. En otros ámbitos esto complica un tanto las cosas, aunque siempre se intente preservar la coherencia. Aún así, me siento presa de una lógica que no siempre resulta comprensible. A saber:
- Detesto el individualismo y la apatía política. Sin embargo, no encuentro bandera que represente lo suficiente como para encolumnarme tras ella.
- Soy profundamente racional y, al mismo tiempo, cristiana. Convivo entre ateos y creyentes, sin que los primeros entiendan mi fe ni los segundos perdonen mis frecuentes herejías.
- La docencia y yo mantenemos una relación extraña, de fuerte atracción y vivo rechazo. Pese a (o, precisamente, a causa de) ello, todavía no logro encontrar el espacio para ejercerla.
- Disfruto de la mayoría de las manifestaciones artísticas, pero mi producción es nula. A las ya mencionadas deficiencias literarias y plásticas, podemos incorporar un pésimo oído musical. Mi torpeza general se evidencia aún más con el baile, y canto peor. De todo conozco poco, y aún así hablo, opino y hasta inauguro un blog.
Intuyo que este lugar cargará, de manera casi inevitable, con esta coherencia incoherente, con esta lógica ilógica y con el absurdo mismo de su nombre. No puedo impedir que sea caprichoso, caótico y divergente. Tampoco espero que sea útil ni entretenido. Lo presiento como un sitio de encuentro, donde el mismo desorden nos permita decir lo que pensamos, compartir lo que nos plazca o llevarnos lo que nos guste.
No esperen invitaciones, ya es sabido que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico.
(No podía elegir cita más trillada, pero era la única que encajaba para dar un cierre al divague. Como ya lo dije: nunca aprendí a escribir, pero no piensen que pido disculpas por eso).